Autor
M. Eng. Sistemas de Cohetes y Astronáutica
Jesús Galinzoga Zamora
¿Qué quieres ser de grande? quizá es la pregunta más recurrente que se les hace a los niños de entre 7 y 12 años y probablemente recuerdas que a ti también te la hicieron. Para muchos profesionistas, la posición actual ante a esa añoranza infantil seguramente es irrelevante encontrándose ahora en un área profesional completamente distinta a la que imaginaron de pequeños; y entonces una nueva pregunta surge: ¿En qué momento se abandonó dicho sueño?
Ese cuestionamiento siempre vuelve a nosotros, más aún cuando se presenta una decisión difícil relacionada en torno a nuestra vida profesional, ya sea para elegir una carrera, para seleccionar el tema de nuestra tesis o para aplicar a una posición de trabajo. Al encontrarnos en dicha encrucijada, nos valemos de todos los recursos a nuestro alcance e incluso acudimos a la nostalgia, preguntándonos ¿Qué elegiría aquella niña o niño que soñaba con ser astronauta, biólogo(a) marino(a) o futbolista?
Ese cuestionamiento siempre vuelve a nosotros, más aún cuando se presenta una decisión difícil relacionada en torno a nuestra vida profesional, ya sea para elegir una carrera, para seleccionar el tema de nuestra tesis o para aplicar a una posición de trabajo. Al encontrarnos en dicha encrucijada, nos valemos de todos los recursos a nuestro alcance e incluso acudimos a la nostalgia, preguntándonos ¿Qué elegiría aquella niña o niño que soñaba con ser astronauta, biólogo(a) marino(a) o futbolista?
Claro que esto no es un problema al contar con las estrategias proporcionadas por la orientación vocacional a la que todos los jóvenes estudiantes en el sistema de educación pública tenemos acceso… ¿Cierto? Pero la realidad es otra; ya que resulta verdaderamente frustrante darse cuenta que en México, así como en muchos países de Latinoamérica dicha “orientación” es en términos prácticos inexistente. Partiendo entonces de esa pregunta con la que comenzamos este blog, las grandes expectativas nos asechan durante toda nuestra adolescencia, y cuando llegamos al último año de preparatoria nos sentimos aturdidos ante la preguntan ¿Qué carrera estudiaras? ¿A qué universidad te inscribirás? Nos invade entonces la angustia y preocupación por nuestro futuro cuando nos planteamos de manera sería que es lo que realmente queremos hacer y que profesión creemos sería más adecuada para nosotros.
Pero, no tienes por qué preocuparte… ya que no será la última vez que te enfrentes con esta crisis existencial. Algo muy similar pasa cuando eliges tu proyecto final de investigación, al momento de buscar ofertas de empleo de tu interés e incluso aun teniendo años de experiencia o si optas por continuar con tus estudios de posgrado. Así que, ten por seguro, esta pregunta te la seguirás encontrando en cada esquina mientras más te adentres en una u otra área de especialización.
En mi experiencia, en el primer semestre de mi carrera, Ingeniería aeronáutica, la mitad de mis compañeros estaban ahí porque imaginaron que su decisión los llevaría a ser pilotos aviadores. En la primera clase llamada “Introducción a la ingeniería aeronáutica”, recuerdo claramente cuando el profesor entró al aula y después de un seco saludo dijo: “los que están aquí porque piensan que volaran algún día un avión, están muy equivocados”. Mis compañeros de grupo venían de diferentes partes del país, desde Baja California hasta Cancún, y eran reconocidos egresados de los mejores colegios; sin embargo, en ese momento todos fuimos conscientes de que la orientación vocacional a la que cada uno tuvimos acceso había sido de poca ayuda.
Y en realidad no hay nadie a quien culpar, es prácticamente imposible para un(a) joven de 17 años entender que realmente hace un biólogo por ejemplo o una ingeniera. O que realmente desempeña en su día a día alguien con una licenciatura en historia. Y en muchas ocasiones los ejemplos que tenemos de esa experiencia son profesionales que por circunstancias aleatorias se dedican a la docencia. Resulta trágicamente común toparse con esos profesores frustrados que detestan la pedagogía y que no pudieron investigar o trabajar en lo que realmente les apasiona.
Si llegaste a este punto, te preguntaras ¿Cuál es el motivo de revivir estos viejos monstruos y traumas al momento de elegir una carrera profesional o camino de especialización? Pero como siempre te tenemos cubierto, acá te dejo cinco consejos fundamentales y tips de aplicación práctica. Avanza con esta lectura, pues estoy seguro te guiaran con todo este embrollo.
Busca profesionales en el campo
Aprovecha todas las herramientas a tu disposición y literalmente stalkea a lo mejor de lo mejor. Busca en redes sociales profesionales y trata de entender que camino los llevó hasta donde están. Puedes usar LinkedIn para eso, donde todos los perfiles son abiertos. Puedes conocer toda la carrera académica, incluso si estuvo o no el club de teatro de su universidad, de la directora de ciencias espaciales de la NASA, así como saber el tema de tesis que eligió la última ganadora del premio nobel de química por ejemplo. Puedes buscar libros biográficos de tus héroes personales o incluso enviarles un inbox en la red social, donde estén más activos. Allá afuera hay cientos de profesionales que les encantaría compartir su trayecto y sus actuales indecisiones sobre su carrera profesional (yo me incluyo).
Realiza tu propia investigación en internet
¡Dale un uso más creativo a esta poderosa herramienta!, si estás leyendo esto seguramente tienes acceso internet y tiempo ilimitado para usar tu computadora; así que manos a la obra. En YouTube puedes encontrar blogs de profesionales que describen paso a paso un día cualquiera en su trabajo. En https://es.quora.com/ puedes realizar las preguntas más básicas sobre dudas generales acerca de ¿Qué significa ser Cirujano plástico?, por ejemplo, o ¿Cuál es la diferencia entre Ingeniero mecánico e Ingeniero mecatrónico? O ¿Qué diferencia hay entre una especialización y una Maestría? Aquí te dejo el link de una serie de videos que explica con ejemplos claros los “mapas” de diferentes ramas del conocimiento, como se subdividen diciplinas como la química o computer science; da ejemplos de las profesiones y que aporte tienen a escala social.
No te cierres a las opciones que están a la mano
“Está padre que quieras ser *inserte profesión exótica*, pero aquí en México no hay eso”. Es una frase que seguramente nos ha puesto a pensar dos veces; pero está interrogante puede ser rápidamente aclarada si lo que estas visualizando realmente te apasiona. Si la respuesta es “si”, entonces ¡todo resuelto!; de ser necesario iras al fin del mundo a inscribirte a esa universidad o a iniciar ese posgrado, y te platico un poco más sobre mi experiencia estudiando en Rusia:
Nadie dijo que tienes que conformarte con lo que está a la vuelta de la esquina; existen países donde los estudios superiores son completamente gratis y otros donde hay un déficit de profesionales en áreas especializadas. Puedes estudiar medicina en Cuba, Ciencias ambientales en Noruega o Ingeniera aeroespacial en Rusia, solo tienes que dar el primer paso. Inicia investigando en que países hay un sector más desarrollado en eso que realmente te interesa.
Ve más allá del dinero, pero no lo pierdas de vista
“Si eres bueno en algo, no lo hagas gratis”, Independientemente de que te encuentres en el trabajo de tus sueños la paga por realizar dicho trabajo debe ser justa, recuerda que la realización profesional no llena la barriga. De igual manera, si tu primera opción de carrera es Filosofía y letras, deberías considerar cuidadosamente si existe campo laboral, hoy por hoy para un egresado en dicha carrera. Tendrás nuevamente que sentarte a investigar, en que parte del país o del mundo existe una demanda real para la profesión que planeas estudiar. Porque, las probabilidades de que un empleador en Monterrey busque a un experto en fauna marina son prácticamente inexistentes, cuando en otras partes del país el mismo experto puede ser requerido con urgencia.
No des forma a tu futuro profesional pensando en el reconocimiento o si ganaras 100k pesos mensuales. Sé consciente de tu talento como estudiante o profesionista y si estás en el lugar adecuado el éxito llegará tarde o temprano. También date cuenta que muchas veces eso que nos apasiona no sería la mejor decisión financiera de nuestras vidas, elige bien y deja alguna de tus pasiones como hobbies.
Relájate, esto no definirá tu futuro
Aunque te parezca difícil de creer, es cierto, una decisión no puede definir tu futuro. Elegir “x” tema de tesis de maestría en lugar de “y”, o dejar tu carrera a un año de terminarla por iniciar otra no podrá limitar tu potencial, y si lo hace no lo hará para siempre. Y es que comúnmente pensamos que desde el momento que elegimos una especialidad en el bachillerato en lugar de otra, nuestro destino ya estará definido y nunca podremos pensar en otra cosa que no sea esa carrera que acabamos de elegir.
Trataré de explicar esto volviendo a uno de los ejemplos del principio, supongamos que desde que tienes memoria soñaste en ser astronauta. Y al ser esta, una profesión tan especifica y relativamente difícil de hacerla realidad, no hay un camino marcado para llegar a ser seleccionado como la siguiente mujer o hombre en ir a otro planeta. Por ejemplo, de la clase 2022 de astronautas seleccionadas y seleccionados por la ESA (agencia espacial europea), estas son las profesiones de algunos de ellos:
En realidad, ninguno de ellos estudió en la “Universidad para Astronautas” o escribió su tesis en “¿Cómo ser un buen astronauta?” ni tampoco trabajo en la empresa “Astronautas Inc”. El camino de cada uno de ellos tomó una dirección, después dio una vuelta en “U”, se dieron por vencidos e intentaron nuevamente hasta que se abrió una oportunidad única y se atrevieron a intentarlo. El caso de John McFall es particularmente interesante, quien pensaría que un joven de 19 años después de perder una pierna en un accidente llegaría a ganar medallas de oro en atletismo y después sería seleccionado en la última clase de astronautas de la ESA.
Al final del día todos queremos cambiar el mundo, tener reconocimiento y además obtener una paga justa por hacerlo; sin embargo, nadie tiene la fórmula secreta para llegar ahí. Por lo que resulta natural sentirse frustrado, aturdido y a veces arto al punto de darnos vencidos con nuestros sueños.
Toma los consejos que puedas de este blog, inventa tu propio camino, motívate y cambia tu rumbo cuantas veces sea necesario, hasta encontrarte en el lugar donde aquel niño se visualizó.
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